El destino de la oscuridad del alma

Voy a meterme de refilón en un tema que no controlo casi nada: la astrología. Una compañera de mi camino cuyo trabajo admiro, que se dedica a la astrología de la salud y a tantos otros aspectos, Patricia Kesselman, puede que no esté nada de acuerdo y es más, me encanta que disienta ;-)
Además sin Laura y una cadena de comentarios en su facebook sobre diferentes puntos de vista sobre las emociones positivas, negativas, útiles e inútiles, esta entrega no hubiera nacido.

Ha llegado a mis manos un libro muy interesante de Liz Greene.

The Dark of the Soul. Psychopathology in the Horoscope ( La Oscuridad del Alma . Psicopatalogía en el horóscopo)
CPA Press.

En sus tres partes – transcripciones de seminarios que impartió en el Centro de Astrología Psicológica CPA- Liz Greene explora astrológicamente estados extremos de la psique.


Analiza a diferentes psicópatas y entre todos ellos encuentra el denominador común que su el elementos predominante es siempre el agua. Llega a la conclusión de que si bien sabemos que es evidente que estas personas tuvieron en el pasado muchas dificultades para manejar su fuerte sensibilidad y emociones; de manera que para no sentirlas les resultó más sencillo cerrarse a ellas y guardarlas herméticamente. Sin embargo, encontraron otras formas de canalizar su lado acuoso: usar su fuerte capacidad empática para deslizarse dentro de la piel de sus victima , localizar sus debilidades y miedos y sacar partido de ello implacablemente; algo que al psicópata le parece simplemente devolver el golpe, como una venganza por sus propios sentimientos heridos.

Queda claro que los diferentes desordenes de la personalidad (o las enfermedades mentales diagnosticadas) son manifestaciones desmesuradas del temperamento innato individual que el Yo o el Ego no puede contener – o no ha podido nunca- . El maltrecho Yo resuena con las “locas” estrategias para manejar estos energías internas. El Ego no puede contener y dirigir estas energías, esta desamparado y a su merced. Liz Greene compara el Ego en esta situación con la lucha en un partido de fútbol entre fuerzas opuestas que le zarandean de un lado a otro . Sin embargo, el relativamente fuerte y estable Ego sí que tiene la capacidad de aplacar los dioses internos y de usar sus poderes constructivamente. Ciertamente merece la pena trabajar para conseguir este estable Ego.

Así pues, todo el mundo con énfasis en agua es un psicópata? ¡Absolutamente no!

La comparación de las cartas de los supuestos psicópatas y las de los “completamente normales” asistentes al seminario muestra que el horóscopo puede indicar con que asuntos tendrá que tratar una persona en el curso de su vida aunque no indica ni como se manifestara ni en que nivel concreto. El horóscopo no muestra si una persona se convertirá en un psicópata o no.

Una acumulación de ciertas señales astrológicas puede señalar estructuras o patrones psicológicos difíciles que pueden sugerir una tendencia hacia la psicopatía (enfermedad del alma). Sin embargo las señales astrológicas por si mismas no bastan para reconocer el potencial de convertirse en un psicópata o para explicar tal desarrollo de estos “padecimientos del alma”. Como siempre, el ambiente, la socialización, los modelos familiares, y la historia juega un importante papel y no el único, ya que también afectan el nivel de conciencia y el libre albedrío.

La locura de Dionisos, puede resultar de la negación de lo irracional, del caos, y de la imaginación. Es el resultado de la supresión de esta potente fuerza vital que acaba estallando y tornándose destructiva y con la que concurren manifestaciones de exceso, éxtasis, pérdida de límites personales e intensidad de sentimiento. Astrológicamente se relaciona con Neptuno, Júpiter y Saturno . Estructura y Caos en conflicto.

De la misma manera, Afrodita se venga de todos aquellos que han negado o suprimido la pasión castigándoles con el padecimiento de una autodestructiva obsesión amorosa. Los indicadores astrológicos serían aquí Venus, Plutón y posiblemente Neptuno.

Es interesante que Liz Greene considere la crisis como un potencial de descubrimiento. Las rígidas estructuras que contienen un potencial para el cambio y la sanación del yo colapsan y caen. Podríamos por tanto considerar la crisis como una transitoria forma de locura.

La locura de los otros puede ayudarnos a alentar ciertas reflexiones sobre nuestras propias locuras, las pequeñas y las grandes, y nuestra propia locura cotidiana.

Un libro que ofrece muchos descubrimientos astrológicos y psicológicos sobre el lado oscuro del alma. Un libro que plantea preguntas no tan difíciles de contestar. Un libro que hace pensar sobre nosotros mismos. En mi opinión merece la pena enfrentarse con la oscuridad del alma con la antorcha de luz de este libro.

2 comentarios:

Laura Abella dijo...

No había visto este post!! wow! Primero, quiero quiero quiero ese libro y segundo me alegro que ese breve pero intenso debate en Fb contribuyera a dar lugar a este post. Sigamos hablando de ello!
Muchos besos!

Jimena dijo...

jajajajajajaja! Gracias, gracias! Sigamos, por spuesto :-)
bsos