De porque se puede entrever el destino en el tarot

En una tirada de Tarot se encuentran los tres mundos: el mundo de la materia, todo aquello que podemos percibir con los sentidos; el mundo anímico, el del alma, el que captamos con las emociones profundas y con la sincronicidad; y el mundo del espíritu, la mente, el que percibimos mediante la intuición.

Cualquier sistema como el Tarot permite materializar la información del inconsciente (donde esos tres mundos no están separados), por eso tenemos la sensación de que la información es más completa, de que «vemos más». Es como si penetráramos en una red de corriente eléctrica que está por todas partes. Cuando el consultante establece contacto con una cuestión específica que tiene en su mente, dicha red se estimula y el tarotista se limita a ver qué se ilumina.

Einstein, Podolsky y Rosen enunciaron la paradoja EPR (comprobada posteriormente en 1982 por Aspect) según la cual, si dos partículas nacen en el mismo momento cuántico, estas partículas estarán siempre unidas y responderán de igual manera. Si a ello unimos la idea de que todos los átomos han nacido del mismo lugar (la teoría del Big Bang enuncia que, en efecto, todos estuvieron ligados) podemos inferir que la red eléctrica que mencionaba en una anterior entrega no es una invención absurda. Parece ser que desde la ciencia y el misticismo, la totalidad del universo está bastante demostrada. Y puedes conectarte a ella mediante varios instrumentos, como por ejemplo el Tarot, que además se conforma como medio de estudio y conocimiento.

Ahora bien, no cualquier tarotista sabrá leer los arcanos más allá de ciertos límites. Es como todo, hace falta confiar en que el tiempo te da aquello que buscas o buscar más. Si las respuestas te golpean como rayos en una tormenta, con una luminosidad eléctrica, se está en buen camino. El mismo cuidado es aconsejable con casi todo, ¿verdad? Hay gente que por que quien habla es un médico ya cree que sus palabras son las más acertadas; otros buscan otros médicos, se informan, entran en caminos alternativos. Hay personas que en lugar de médicos buscan iluminados y gurús. Otros, quien escuche y saque conclusiones acordes. Algunos esperan que se les señale un camino, un tratamiento, pero que lo dejen recorrer a su medida. Un médico del alma o del espíritu no es diferente. Y al fin y al cabo jamás hay que olvidar que cada uno de nosotros somos el capitán de nuestra alma y el maestro de nuestro destino.

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