La suerte del destino de Aladino V

Ritual para recibir la buena fortuna

Consideraciones previas: cada vez que pretendemos dirigirnos al misterio de la vida realizamos un acto mágico. Los hay de muy diferente tipo en todas las culturas. En mis propuestas utilizamos casi siempre los mismos tipos de materiales, nuestra concentración y nuestra visualización. Es importante que antes de empezar cumplas con determinados rituales como lavarte las manos, poner algún incienso (cuanto más puro y neutral, mejor) y que te encomiendes ante quien o lo que creas pidiendo ayuda y protección; saluda con tu nombre al principio y despídete dando las gracias al final. Este tipo de ritual se lleva a cabo desde hace miles de años en formas más sofisticadas o menos por muchas buenas razones. No se abre la puerta al misterio de cualquier manera, sería un despropósito. No hemos de olvidar ciertas consideraciones prácticas tampoco. Cuando encendamos velas hemos de tener cuidado que sea en un lugar apartado de cortinas u otros objetos porque no queremos que por un descuido se nos queme algo.

Los mensajes que enviamos al Universo nos ayudan a crear nuestra propia magia. No hay nada que sea tan esencial como el encomendarnos al misterio de la vida cada vez que realizamos un acto mágico. Al igual que no todo el cosmos funciona con la lógica humana, tampoco todo el cosmos funciona solamente con magia. Los humanos tendemos a ver las cosas de manera muy polarizada... Pero sí podemos ayudarnos más y mejor tomando de cada aspecto de la vida lo que ella nos regala en sus noches y sus días, en sus aspectos puramente lógicos y en los menos, en nuestra fuerza de corazón y en la mental.

La vida no se soluciona con rituales. Estos influyen de manera poderosa sobre el inconsciente. Hemos de ocuparnos con igual determinación de nuestra parte consciente y cada vez que el fantasma de la desprotección asome, recordarnos de este ritual, hasta que el fantasma desaparezca. Un ritual no es más ni menos que una forma milenaria de comunicarnos con nuestro inconsciente, tender puentes con fuerzas superiores y alimentar la fe, la esperanza a la par que centrar y dirigir de manera extraordinaria nuestra fuerza mental.

Pasemos al ritual propiamente dicho.

Necesitas:

Un tarro de cristal que no utilices ni necesites

Miel

Una foto tuya, puede ser una de tipo carnet

Una vela blanca

Paso a paso

  1. Lee atentamente las consideraciones previas
  2. Encomiéndate a los seres que te protegen y a lo que creas
  3. Enciende la vela mientras recitas el conjuro
  4. Coloca el tarro de cristal al lado de la vela y deposita dentro tu foto
  5. Rocía tu foto con la miel que va llenando le tarro mientras vuelves a recitar el conjuro hasta que tu foto esté completamente cubierta de miel o el tarro lleno
  6. Vuelve a recitar el conjuro cinco veces más (será un total de siete veces junto con las dos anteriores)

Deja pasar una semana. Si al cabo de ese tiempo aún sientes el desasosiego del abandono de la suerte, entonces deberás hacer una novena. Para ello toma otro tarro de cristal con otra foto tuya y miel. Prepara nueve velas.

Es fundamental que enciendas nueve velas, una cada día o cada noche siempre a la misma exacta hora comenzando por un viernes. En cada ocasión repite la invocación siete veces.

Invocación mágica

Yo, (tu nombre, lugar y fecha de nacimiento completos con día, mes y año)

Invoco las fuerzas del Universo

Para que me asistan en el bien

Siempre el bien

Allí donde hay abandono y hiel

Todo se transforma

Con la dulzura de la miel

En ella anida

la dulzura del amor

la dulzura de la fe

la dulzura del Universo

Que me protegen y guían

En cada una de las vías

Tengan o no salida

Mi estrella brilla

Siempre

Como el sol al mediodía

Pido humildemente que el Universo me asista

Pido humildemente que el Universo me acompañe

Yo me sostengo en el Universo

El Universo me asiste

El Universo me acompaña

No estoy sola (o solo)

Que así sea, que así sea, que así sea

Gracias

Este ritual nos permite ocuparnos de esa parte nuestra que no puede percibir cómo lo cuida el Universo. Se trata de algo complejo que no es de fácil solución, por eso mismo es necesario repetir la invocación tantas veces y estar atentos a cómo nos sentimos. Si después de la novena dejamos pasar siete días más y aún creemos que la fortuna no nos sonreirá, hemos de repetir la novena y esperar otros siete días. Así hasta sentirnos ligeros y más confiados porque hemos abierto esa ventana. Este ritual nos quitará la sensación de peso que genera el abandono, la soledad universal y es un paso en pos de nuestro vuelo hacia nuestra estrella.


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