A veces nos dan muy buenos consejos pero no podemos aplicarlos por lo que sea; o bien nos dan sugerencias que se aplican mejor a quien las da que a nosotros. ¿Quién puede darnos un consejo útil, aplicable a nuestro caso, teniéndonos en cuenta? No es fácil encontrar a alguien que sepa escuchar muy bien, que tenga en cuenta nuestras virtudes y defectos, nuestras aptitudes y dificultades y que con todo esto nos dé un consejo a nuestra medida.
No hay consejos perfectos. Hay una persona, su mundo, una situación y posibilidades. A veces el problema que tenemos no nos deja ver más allá. Puede que no sepamos comunicarlo bien y que entonces nos enredemos en explicaciones y más explicaciones que no hacen sino enredarlo todo más. Mientras, nosotros seguimos en medio de todo.
No se trata de un callejón sin salida. Sí hay una manera de impulsarnos, escucharnos y recibir un consejo a nuestra medida pero sin necesariamente ser autocomplacientes. Sin lugar a dudas la respuesta válida es : nuestra voz interior.
A algunas personas les va bien hacerse la pregunta importante que tengan justo antes de irse a dormir. El sueño de esa noche trae la respuesta. Hay personas que rezan y esperan la inspiración. Quienes meditan, le dedican más tiempo a su meditación y después ven las cosas más claramente y la respuesta aparece. Siempre, se haga lo que se haga, se trata de un acto íntimo. No es fácil escuchar la voz interior y es por ello que existen tantas mancias y no solamente para augurar el porvenir. Si elegimos el tarot, nos encontraremos con que nos esperan varios años de estudio y práctica hasta dominarlo. Si preferimos la astrología, entonces veremos que necesitamos más tiempo todavía y que no puede darnos consejos aplicados a una situación concreta. Entonces miramos la palma de nuestra mano, tampoco encontramos una manera fácil, cómoda y práctica de dar con lo que nos dice nuestra voz interior.
El I ching cumple diferentes funciones, pero yo diría que la más interesante es precisamente la de ayudarnos a escuchar nuestra voz interior. A su favor tiene que es de fácil uso, directo, no requiere mediadores que corran el riesgo de interpretar nuestro mundo a su medida, nos pone las pilas, comenzamos a ver las cosas desde otro punto de vista y de repente sin previo aviso, lo sabemos. Nuestra voz interior siempre nos habla, pero no siempre sabemos cómo escucharla. El I Ching es una buena manera.
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