Acercarnos a nosotros mismos

A veces nos dan muy buenos consejos pero no podemos aplicarlos por lo que sea; o bien nos dan sugerencias que se aplican mejor a quien las da que a nosotros. ¿Quién puede darnos un consejo útil, aplicable a nuestro caso, teniéndonos en cuenta? No es fácil encontrar a alguien que sepa escuchar muy bien, que tenga en cuenta nuestras virtudes y defectos, nuestras aptitudes y dificultades y que con todo esto nos dé un consejo a nuestra medida.

No hay consejos perfectos. Hay una persona, su mundo, una situación y posibilidades. A veces el problema que tenemos no nos deja ver más allá. Puede que no sepamos comunicarlo bien y que entonces nos enredemos en explicaciones y más explicaciones que no hacen sino enredarlo todo más. Mientras, nosotros seguimos en medio de todo. ¿Esperando un empujoncito? Y a veces con prisa porque el impulso lo necesitamos en menos de cinco minutos.

No se trata de un callejón sin salida. Sí hay una manera de impulsarnos, escucharnos y recibir un consejo a nuestra medida pero sin necesariamente ser autocomplacientes. Sin lugar a dudas la respuesta válida es : nuestra voz interior.

A algunas personas les va bien hacerse la pregunta importante que tengan justo antes de irse a dormir. El sueño de esa noche trae la respuesta. Hay personas que rezan y esperan la inspiración. Quienes meditan, le dedican más tiempo a su meditación y después ven las cosas más claramente y la respuesta aparece. Siempre, se haga lo que se haga, se trata de un acto íntimo. No es fácil escuchar la voz interior y es por ello que existen tantas mancias y no solamente para augurar el porvenir. Si elegimos el tarot, nos encontraremos con que nos esperan varios años de estudio y práctica hasta dominarlo. Si preferimos la astrología, entonces veremos que necesitamos más tiempo todavía y que no puede darnos consejos aplicados a una situación concreta. Entonces miramos la palma de nuestra mano, tampoco encontramos una manera fácil, cómoda y práctica de dar con lo que nos dice nuestra voz interior.

El I ching cumple diferentes funciones, pero yo diría que la más interesante es precisamente la de ayudarnos a escuchar nuestra voz interior. A su favor tiene que es de fácil uso, directo, no requiere mediadores que corran el riesgo de interpretar nuestro mundo a su medida, nos pone las pilas, comenzamos a ver las cosas desde otro punto de vista y de repente sin previo aviso, lo sabemos. Nuestra voz interior siempre nos habla, pero no siempre sabemos cómo escucharla. El I Ching es una buena manera.

No hay comentarios: