Lo difícil de publicar

¿Por dónde íbamos?

Hemos cubierto la parte de gestión. Luego cada experiencia es diferente.

Está la cuestión del agente. Eso requiere un capítulo aparte. Para dar con uno también es necesario recorrerse muchas agencias. Nada tiene que ver que sean grandes o pequeñas, creo yo. Es más una cuestión de personalidad. Si estás empezando necesitarás un agente que además de creer en ti sepa moverse por las editoriales, crear tu nombre, buscarte posibilidades de colaboración en medios. No conozco ningún autor que se sienta completamente feliz con su agente.

Y aún me pregunto a qué se debe. Creo que en parte es debido a que cuando firmas un contrato con uno, es casi una entrega de por vida. Le das con los ojos bastante cerrados tu manuscrito que es una parte importante de tu vida. Y de vez en cuando te dirá que lo está moviendo. La comunicación falla y mucho. Así que el autor ha de resignarse ante el agente, resignarse ante la editorial, resignarse, resignarse. Y si algún día encuentro otra versión, ya la contaré, pero de momento me siento bastante frustrada.

Lo curioso es que al hablar con otros autores que conozco personalmente me comentan lo mismo en uno u otro sentido. ¿Es una cuestión cultural? Mi agente no es española, aunque vive en España desde hace siglos, y poco o nada sé de lo que hace con mis manuscritos. Y sin embargo es una persona muy honesta. ¿Será cuestión de una generación de agentes?

Eso mientras vendes poco o eres poco conocido. ¿Cambiará cuando empiezas a vender? ¿Pero cómo vender si tu libro está al final de una estantería, casi nadie sabe que existe...? Si la editorial no lo mueve convenientemente, lo cual me sucede con la que ha publicado la mayoría de mis libros, tu agente no se ocupa de la promoción porque ya con lo suyo no da abasto... Lo dicho: las velas, no hay que olvidarse de poner muchas velas. Y tener fe.

Me encuentro ahora con personas que tienen todo cuanto he publicado, que de acuerdo no es mucho, pero con todo, lo hacen. He conocido a gente que me cita. Y más de uno me escribe, lo cual es lo que hace ilusión de verdad. Así que la fase en la que pensaba que lo que escribo no le sirve a nadie, pues que como que ya se ha pasado un poco. Pero tantos otros me dicen que algunos de mis libros no se encuentran. Y volvemos a lo mismo: si no se encuentran, no se venden, no se conocen. Y escribir es algo que se hace para compartir. Un libro existe en la medida en que existen sus lectores.

De cuestiones monetarias ya ni hablemos. Con suerte cobrarás un 8%. En varios de mis libros recibo un 4%. Y de ese porcentaje tu agente se queda con el 15% o el 20% o el 25%, depende del agente que tengas. Si contratas a alguien para que se ocupe de la comunicación, será otro tanto.

Todo este tipo de información no suele aparecer en la web que está llena de tantas y tantas cosas. Ese pudor, ese secretismo nunca nos benefician como sector. Se supone que si escribes algo bueno, llega a la gente. Pues no siempre es así, señores míos. Yo trabajo como lectora profesional para más de una editorial y lo mejor de lo que leo a veces no se publica porque "es literario", "es demasiado bueno", "no tiene ventas detrás".

No es nada fácil y es una carrera de obstáculos. Y sin embargo no podría hacer otra cosa que escribir. Le pasa a muchos.

No hay comentarios: