Gatos y árboles deben de haberse originado juntos en algún rincón del misterio universal. Y una cierta parte de mi ser andaba por allí. O sería que se cocían algún virus que se prendó de mí ya en mi nacimiento. De pequeña la gente me llamaba contemplativa. Sí, me gusta ser árbol o gato y estarme quieta mirando el horizonte. Tengo muchos gatos, más de los que puedo permitirme, más de diez (y hasta aquí puedo leer). Y vivo rodeada de árboles y horizonte. Así se contempla más, no sé si mejor pero más, seguro.
Elucubraciones gripales
La gripe anda por mi destino y mi cuerpo. Así que voy poco a poco. Tengo una salud delicada y cualquier virus que circula alegre y despreocupado por los aires se prende de mí. Así que me abrazo a la respiración de los árboles y espero con ellos.
Etiquetas:
conficciones
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario